Dato interesante: Una gallina puede poner más de 300 huevos al año. Saludables, convenientes y no demasiado caros, estas son algunas de las razones por las cuales los huevos de gallina constituyen un producto alimenticio de gran importancia mundial. Se pueden consumir de múltiples formas: como huevos fritos y tortillas, en masa para pasteles y salsas, en cremas y escalfados… Sin embargo, hay un punto que no debemos obviar. Sin una adecuada higiene y cocción, los huevos podrían ser una fuente de infección por salmonelosis.
Este producto avícola puede volverse mortal en forma cruda, o incluso a medio cocer. La salmonella es una bacteria que vive en las paredes de los intestinos del pollo, y suele depositarse sobre la cáscara del huevo durante la puesta. En otras palabras, el riesgo de contraer una enfermedad infecciosa peligrosa sigue siendo vial incluso en los huevos fritos, si no han tomado todas las precauciones o no lo han frito por ambos lados.
¿Por qué hay que lavar los huevos?
Por regla general, la Salmonella vive en la cáscara del huevo. Cuando este se rompe, al caer sobre el contenido, la bacteria comienza a morir a temperaturas superiores a los 70 grados. Por otro lado, el tratamiento de la salmonelosis no es posible en el hogar. Todos estos son argumentos más que convincentes para que te protejas y a tus seres queridos, cumpliendo las medidas higiénicas pertinentes. ¿Cómo? La opinión de los científicos sobre este tema es ambigua.
Desde el punto de vista de la estructura segura del huevo, este no se puede lavar, ya que inicialmente está cubierto con una película especial, la cutícula, que evita la penetración de bacterias al interior, lo que aumenta su vida útil. Sin embargo, esto no te impide lavar los huevos justo antes de comer, al igual que haces con las verduras y las frutas. Esto es exactamente lo que hacen los cocineros en establecimientos grandes y pequeños.
¿Cómo lavar los huevos?
Así es como lo hacen en grandes restaurantes como Ruski, Rappoport Restaurant y White Rabbit Family: los huevos se empapan en baños con soluciones desinfectantes. Primero en una solución de soda al 2%, y luego en cloramina al 1.5%. Pueden usar una solución detergente suave para lavar platos, si confían en el fabricante.
Hay otras formas de protegerse a sí mismos, o a sus clientes, de la infección por salmonella. Por ejemplo, puedes encontrar un proveedor de huevos frescos lavados certificados. Es cierto que esto es más útil para el propietario de una gran red de restaurantes.
Para el consumidor promedio, una mezcla preparada de claras y yemas, que se venden en paquetes sellados, puede ser una solución. Si lo intentas, incluso puedes encontrar claras y yemas pasteurizadas, de las que se sirven los camareros (se agregan a muchos cócteles, y los visitantes no pueden infectarse de ninguna manera).
Después de estudiar esta pregunta a lo largo y ancho, podemos decir con confianza que lavar los huevos es necesario e incluso imprescindible. Hazlo justo antes de la cocción (pero no con anticipación, especialmente si no vas a cocinarlos hervidos). Y recuerda: asegúrate de lavarte las manos después de trabajar con huevos crudos, porque todos los esfuerzos serán en vano si luego transfieres las bacterias a otra superficie. No olvides compartir esta importante información con tus amigos de las redes sociales.