Estas bolas de masa hervida, con miles de rellenos distintos, son un delicioso platillo, muy rápido y sencillo de hacer. Sin embargo, rara vez te lo encuentras registrado en el portafolio de recetas culinarias.
Seguramente estás pensando: ¿Para qué tomarme ese trabajo? Simplemente, voy, compro las bolas de masa, las pongo a cocer en el agua, espero un poco, y sirvo. Pues, no sabes lo que te estás perdiendo… ¡Los ravioles caseros son 10 veces más deliciosos, saludables y nutritivos, que cualquiera de las opciones que podrías encontrar en el mercado!
«Simplemente Genial» desea compartir contigo algunos secretillos, para que puedas preparar los ravioles caseros más exquisitos del mundo, en diferentes versiones.
Cómo hacer ravioles caseros
Preparar estas bolas de masa no es tan difícil, pero lleva tiempo, sobre todo si no dispones de un rodillo especial, pero vale la pena. Lo más importante, en este caso, es preparar una masa elástica. Todo lo demás es muy similar a las empanadas tradicionales, sólo que más pequeñas.
NECESITARÁS
- 500 g de carne picada
- 300 g de harina
- 170 ml de agua
- 1 cebolla
- 1 huevo
- Sal y especias a gusto
Lo primero es amasar la masa correctamente: añade el huevo y el agua a la harina, previamente tamizada. Comienza desde el centro, hasta alcanzar gradualmente los bordes. Una vez que obtengas una masa densa homogénea, colócala durante una hora en el refrigerador.
Para el relleno, mezcla la carne picada con la cebolla, la sal y las especias. Si deseas que la carne se haga más jugosa, añádele a la mezcla 2-3 cucharadas de caldo.
Auxiliándote de un rodillo, aplana la masa refrigerada, hasta alcanzar un grosor de varios milímetros. Luego, corta la masa en pequeños círculos, sobre los que colocarás el relleno. Cubre los círculos con otra capa de masa, para cerrarlos y formar las albóndigas.
Este plato, uno de los más populares de la cocina eslava, ya está casi listo. Sin embargo, en las culturas occidentales, la masa rellena de carne no es tan popular, a pesar de ser tan deliciosa. ¿Te animas a probar otras variantes no tradicionales de este tipo de ravioli?
Nadie sabe quién preparó, por primera vez, estas bolas de masa frita. El resultado es más como una empanada, razón por la que este plato no pertenece a la alta cocina. No obstante, este método tiene muchos seguidores. He aquí algunas recetas:
Método № 1
Este método combina lo frito con lo guisado. Aquí puedes utilizar tanto albóndigas caseras como compradas en la tienda, congelados o frescas.
NECESITARÁS
- 3 cdas. de aceite de girasol
- 125 ml de agua
- Sazón a gusto
Precalienta una sartén con aceite, a fuego alto, y coloca en ella tus ravioles. Trata de que no se toquen entre sí, pues podrían pegarse. Dóralas por ambos lados, hasta que estén deliciosamente crujientes, junto a las especias. Ahora sí puedes cocinarlas de la forma tradicional…
Método № 2
Esta otra variante es inversa. Primero deberás hervir la masa por 2-3 minutos, hasta que se ablande, antes de comenzar a freírlas en la sartén. Lo ideal sería añadir un poco de queso.
NECESITARÁS
- 30 g de mantequilla
- 70 g de queso rallado
- 2 cdas. de mayonesa
- Sazón a gusto
Una vez que las albóndigas estén hervidas y suaves, entonces ya las puedes colocar en la sartén, con la mantequilla derretida. Fríelas hasta que estén doradas por ambos lados, y a continuación, úntalas con la mayonesa y espolvoréalas con el queso. Cubre la sartén con una tapa, durante un par de minutos, para que el queso se derrita.
Método № 3
La versión más sencilla, y probablemente la más deliciosa, requiere de una buena dosis de aceite vegetal. Necesitarás aproximadamente unos 700 ml. Coloca los ravioles en una freidora, o en una cacerola de tamaño mediano. Fríelas en aceite caliente, hasta que adquieran un tono dorado saturado. Estas albóndigas, acompañadas con salsa tártara o salsa de barbacoa, son perfectas como aperitivo.
Ahora que ya conoces los detalles del proceso de cocinar los ravioles, ¿Qué te parece este sencillo plato, tan popular en la cultura oriental y europea? ¿Te animas a darle un toque especial a tu menú? Seguramente en casa quedarán todos muy complacidos… Y no te olvides de tus amigos, comparte con ellos también estas recetas.