El debilitamiento de las capacidades mentales en la vejez – es una triste y cruda realidad para muchas personas. A unos les ha tocado escuchar personalmente este preocupante diagnóstico, y a otros, la responsabilidad de cuidar a algún ser querido que sufre de demencia senil…
Demencia senil
El académico Vladimir Béjterev, el destacado científico ruso que ha dedicado su vida al estudio del cerebro humano, dijo una vez que la felicidad de morir, sin haber perdido la mente por los caminos de la vida, se le da sólo al 20% de las personas. El resto, por desgracia, se convierten en paralíticos seniles, cargados de ira, o en ingenuos niños viejos, convirtiéndose en una carga para sus seres queridos.
Para alcanzar este privilegiado 20%, necesitas empezar a actuar ya ahora. El problema es que, con la edad, nos hacemos perezosos: «Ya hice lo mío (terminé de estudiar, trabajar…), ya no quiero molestarme por nada, ¡ahora me toca descansar!»
La carga intelectual se limita a resolver los scanwords, la televisión sustituye a los libros, se pierde el interés por los pasatiempos habituales… Los únicos objetivos y las prioridades que se quedan, son: dormir y comer lo suficiente. Cuanto más calmada y tranquila vida lleva la persona, más daño hace a su cuerpo y su mente.
A quién le amenaza la demencia
La demencia senil del cerebro amenaza más a aquellos, a los que la vida se les ha hecho monótona y estable. Que se mantienen rígidos e incambiables en sus principios, muy tercos o demasiado conservadores. Estas son las causas más probables que conduzcan a la demencia. La flexibilidad, la capacidad de adaptarse a la nueva situación, el entusiasmo y la curiosidad. Recuerdan la famosa frase: «Lo más importante es ser joven de corazón» — es sobre eso mismo.
Saber cuándo precisamente se avecina la demencia, es muy difícil. No es una locura, ni la desviación de la psique, tampoco es una enfermedad. La demencia no viene de repente, sino que progresa con los años.
Sin embargo, existen antecedentes indirectos que indican la urgencia y la necesidad de cuidar del cerebro más que nunca. Especialmente cuando estos síntomas comienzan a agravarse con los años.
- Percepción dolorosa de la crítica, susceptibilidad excesiva.
- Falta de voluntad para aprender algo nuevo. Por ejemplo, la persona prefiere reparar el teléfono viejo, antes de hacer frente a la nueva tecnología.
- Dificultades de concentración: se hace difícil percibir la lectura seria, y, al leer, se olvida todo fácilmente.
- A la hora de la lectura — se prefiere la más fácil, a la hora de elegir una película — la más entretenida… ¿Para qué estresarse?
- Egocéntrico y centrado en sí mismo. Vive firmemente convencido de que los demás deben adaptarse a su forma de ser, y de ningun otro modo más.
- Episodios frecuentes de nostalgia por los viejos tiempos.
Estas situaciones, en un futuro, pueden llegar a proporcionar un terreno fértil para el desarrollo de demencia. Por lo tanto, siempre es importante encontrar el tiempo (¡y querer hacerlo!) para aprender algo nuevo. No dejar de sorprenderte y mirar al mundo a través de los ojos de un estudiante curioso, que busca entender la naturaleza de las cosas. ¡Mantén tu cerebro en forma y activo!
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