El daño de las mandarinas, y cómo evitarlo

Es difícil imaginar un invierno sin mandarinas. Si bien estos cítricos están disponibles todo el año, la mitad fría del año sin duda perdería la mayor parte de su magia sin su presencia. ¡Es ese olor, ese color! Las mandarinas están asociadas con la Navidad, la comodidad y calor de la chimenea. Pero, ¿qué sabemos sobre el daño de las mandarinas?

Por supuesto, se trata de frutas exóticas. Las mandarinas son un almacén de sustancias útiles, incluida la vitamina C, y pueden ayudar en gran medida al sistema inmunológico durante los resfriados. Pero, para que esto sea realmente así, es necesario realizar una manipulación. Desafortunadamente, la mayoría de nosotros ni siquiera hemos oído hablar de ello.

DAÑO DE LAS MANDARINAS PARA EL CUERPO

¿Alguna vez te has preguntado por qué hay montañas enteras de color naranja en los estantes? Y la mayoría de ellas, ¡sin una abolladura, ni una mota! Después de todo, lejos están de transportarse en las condiciones más cómodas, solo en cajas.

Las mandarinas nos llegan principalmente de Turquía y España. ¡El camino no está cerca! Y para deleitarte con jugosos cítricos, los productores se ven obligados a tomar medidas. Para el transporte, las mandarinas se recubren con aceite vegetal o cera, para protegerlas de las influencias externas y darles un aspecto brillante.

En el caso de las mandarinas, esto no da miedo (no tanto como con las manzanas). De todos modos, la cáscara se desecha con mayor frecuencia, aunque ahora hay muchas más formas de utilizarlo: frutas confitadas, condimentos, base para aceite de mandarina y mucho más.

Pero con otros medios de protección, debes tener mucho cuidado. Para proteger los productos de las plagas, las mandarinas se tratan con pesticidas en la etapa de cultivo. ¿Son peligrosos los pesticidas? ¡Ciertamente! Los pesticidas tienden a acumularse en nuestro organismo, provocando una disminución de la inmunidad y dando paso al desarrollo de muchas enfermedades: desde problemas hormonales hasta oncológicos.

Muchos de nosotros hemos oído hablar de esto, y subconscientemente ya nos hemos resignado. En la era de la producción a gran escala, es noticia vieja. Pero son las mandarinas las que ocupan el puesto 26 en el ranking de frutas más contaminadas con plaguicidas. En este caso, ¡el simple hecho de lavar las mandarinas y pelarlas claramente no es suficiente! Pero tampoco hay que renunciar a ellas.

Científicos de la Universidad de Massachusetts realizaron una serie de estudios para averiguar cómo ayudar con este problema. Descubrieron que el bicarbonato de sodio más común puede ayudar a eliminar los pesticidas.

La soda, por sus propiedades alcalinas, descompone y neutraliza hasta el 96% de los pesticidas. Para lograr el efecto deseado, basta con remojar las mandarinas en agua y bicarbonato de sodio durante 15 minutos. De dos a tres cucharaditas de bicarbonato de sodio por litro serán suficientes.

Sí, esto puede parecer un proceso que requiere mucho tiempo. Sin embargo, no seas perezoso cuando se trata de tu salud. Por cierto, este método también ayuda con otras frutas y verduras. Remojar verduras en bicarbonato de sodio es un buen hábito. Solo recuerda lavarlos bien después con agua corriente.

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