El ajo tiene fama de ser un excelente regalo de la naturaleza: Ayuda a fortalecer la inmunidad, previene y trata los resfriados, tiene un efecto positivo en el funcionamiento del sistema circulatorio y el corazón, reduce el nivel de colesterol en la sangre… ¡Y si a eso sumamos que es un complemento sin igual en la cultura culinaria!
Algunas personas cultivan esta especia en su propio jardín, por lo que pueden estar seguros de la calidad de su ajo. Sin embargo, la mayoría de las personas lo compran en el mercado…
Los peligros del ajo
Las estadísticas dicen que hoy en día, el ajo chino ocupa el 80% del número total de productos suministrados a las tiendas y supermercados. Sin embargo, si compras este producto importado de China, el daño del ajo puede ser incluso mayor que su utilidad.
Parece blanco, se siente sólido, ligero y no se estropea en absoluto. Me pregunto ¿por qué? ¿Aprendieron los chinos a cultivar este cultivo mejor que otros?
La respuesta es simple y triste. De hecho, este ajo es tratado con sustancias químicas nocivas que afectan negativamente a la salud humana.
El ajo chino no se vuelve negro, no se pudre, persiste durante mucho tiempo… Y esta apariencia atractiva del producto, por supuesto, llama la atención. Pero, ¡OJO, tu salud está en craso riesgo! No hay nada de magia en esto. ¡Para lograr este efecto, lo tratan con cloro!
Este ajo parece ser la excelencia misma. Todas las cabezas no sólo son del mismo color, sino incluso del mismo tono. Esto, de por sí, ya debería ponerte en alerta. Después de todo, la simetría perfecta no ocurre en condiciones naturales.
El ajo doméstico de invierno, traído de China desde el final del verano, puede ser almacenado hasta el final del invierno. Esto no pudiera ser posible si no hubiera sido tratado con productos químicos preservantes, particularmente la hidrazida maleica.
Para que los insectos y las bacterias no ataquen el ajo, que se exporta a los países del tercer mundo, los chinos lo procesan con bromuro de metilo.
El ajo chino nunca brota, que es bastante extraño. Las cebollas y el ajo locales, después de mucho tiempo en una habitación caliente, comienzan a crecer. Lo mismo sucede con las papas que se almacenan en las bodegas. De lo contrario, todo se pudriría. Pero con el ajo chino esto no sucede, porque ya han sido sometidos a la irradiación gamma.
Hay que reconocer la mayoría de los países no puede prescindir del uso de plaguicidas, durante la producción agrícola. Sin embargo, por cuestiones de seguridad medioambiental y de la salud humana, algunos se toman muy en serio el control sobre la certificación y calidad de los compuestos químicos a utilizar, para evitar el uso de preparaciones prohibidas.
Por desgracia, a veces el dinero puede más… En este caso, la producción del «ajo perfecto» para la exportación va en aumento exponencial, con cada año que pasa, sin importar lo dañino que pueda ser para la salud.
En aras de esto, «Simplemente Genial» te propone aprender a distinguir el ajo chino del doméstico: El chino es muy ligero, excesivamente. Parece perfecto, todas las cabezas iguales una por una, y la principal característica externa es que le cortan completamente la raíz.
Observa cuidadosamente los productos que consumes. La calidad de tu vida depende de ello. No envenenes tu salud, ni la de los tuyos, por comprar un producto que se vea perfecto, pero que solo sea una bomba de tiempo…
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