No importa si eres rico o pobre, antes que nada, debes ser una buena persona. El protagonista de este relato no tenía ni un centavo en sus bolsillos, sin embargo, demostró ser un buen ejemplo de decencia y desinterés.
Daisy Owen, de 20 años, perdió su bolso en una salida nocturna en Bolton, Reino Unido. Este bolso era muy valioso para ella, porque tenía sus documentos, su teléfono y una cantidad considerable de dinero.
Daisy creía que nunca encontraría su bolso perdido, porque pasó mucho tiempo hasta que se dio cuenta de que le faltaba. De hecho, nunca imaginó que su bolso estaba intacto y a salvo con un tal Paul Calderbank, un hombre sin hogar que había estado tratando de encontrar al dueño de la cartera desde hace dos días.
Paul, incansablemente, buscó al dueño de la bolsa, preguntó a los transeúntes, e incluso escribió una nota especial, para que la policía no sospechara que él la había robado.
«Había dinero en el bolso, no tomé ni un centavo». Según Paul, no tenía intención de apropiarse de las pertenencias de otra persona.
Después de inútiles intentos de encontrar a la joven, Paul decidió visitar su casa y entregar la bolsa, pero en el último momento conoció a una amiga que le escribió a Daisy en Facebook y organizó una reunión para los dos.
«Soy un hombre honesto, vivo en la calle desde hace cuatro años. Durante todo este tiempo, no he engañado a nadie. Tuve que entrevistar a cientos de personas para encontrar al dueño del bolso», comparte Paul.
«Yo ya quería ir a su casa y entregar lo perdido, pero logré encontrar a la chica por una amiga que le dijo dónde podía recoger su bolso».
El acto del hombre sumió a Daisy en estado de shock. Al no tener un centavo, Paul no tuvo descanso hasta que le devolvió las cosas a la propietaria. No tomó ni una décima parte de la propiedad, lo que la sorprendió mucho.
Queriendo recompensar a Paul por la noble acción, Daisy organizó una campaña en línea para recaudar fondos para la vivienda y el sustento de las personas sin hogar, para que él pudiera vivir tranquilamente, sin morirse de hambre, encontrar un trabajo y regresar a su vida normal.
La gente, sensibilizada por esta historia, respondió de inmediato a la solicitud de la chica. ¡Mediante esfuerzos conjuntos de usuarios no indiferentes, fue posible recaudar más de 5 mil dólares!
Daisy le preguntó a Paul para qué usaría el dinero, y el vagabundo respondió que quiere conseguir un departamento y guardar el dinero.
«La gente buena no debería vivir en la calle. Para esto, hay acciones caritativas, debemos ayudarnos unos a otros, mostrar humanidad», dice Daisy, quien ha decidido firmemente encontrar un lugar para que vivan estas personas que no tiene hogar.
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