Los japoneses tienen fama de ser inusuales y excéntricos, pero muy inteligentes. Gracias a su increíble organización, los habitantes de la Tierra del Sol Naciente han logrado altos resultados en varias esferas de la vida y, por lo tanto, siempre es interesante aprender algo nuevo sobre sus costumbres y vida cotidiana.
En esta ocasión, ¡Simplemente Genial! te hablará sobre las costumbres del uso de la sal en Japón. En este país insular, se cree que tal producto está dotado de cualidades místicas, y por ello es utilizado en los lugares más impredecibles de la casa. Los japoneses a menudo rocían sal en la puerta de la casa, en las esquinas de la sala de estar, e incluso en el baño. Pero ¿Por qué estas personas tan inteligentes hacen cosas tan extrañas?
© DepositphotosSAL EN LA CASA
Este universal condimento se respeta en varias partes del mundo. Pero, los japoneses están convencidos de que, con la ayuda de la sal, es posible no solo dar sabor a las comidas, sino también ahuyentar a los espíritus malignos, los malos presagios y atraer la buena suerte.
Cuando los japoneses realizan ritos de purificación, intentan deshacerse de la mala energía y neutralizar la influencia de los espíritus malignos, no puede faltarles la sal. Incluso durante el servicio conmemorativo, colocan una vasija con este condimento en el altar.
Las peleas de los sumoístas no están completas sin la presencia de pequeños cristales de este mineral, porque en el ring se acostumbraba a rociar sal. También la puedes encontrar dispersa en la entrada de restaurantes, bares, cafeterías o lugares de entretenimiento, ya que creen que atrae a los clientes. Y en la puerta, el “oro blanco” no solo contribuye a la purificación de la energía, sino que también elimina los malos pensamientos de todos los que ingresan a la casa.
Es especialmente sorprendente que, en los inodoros y baños, los japoneses tampoco puedan prescindir de la sal. Los lugareños creen que, a través de las rejillas de ventilación y las ventanas que se abren, puede penetrar el mal. Por lo tanto, es posible proteger la vivienda solo con la ayuda de los místicos poderes de estos cristales.
Regar sal en las esquinas es antiestético, y así lo ven los habitantes de la Tierra del Sol Naciente. Por lo tanto, es vertida en platos o vasijas, que se colocan en los lugares adecuados. A menudo, hacen pirámides poliédricas (generalmente triédricas) o construyen figuras que puedan proteger y a la vez decorar el espacio.
En cuanto a la creencia de los japoneses de que la sal puede atraer a los clientes, hay una antigua leyenda japonesa asociada con esto.
Se cree que el emperador Kioto, que gobernó hace mil quinientos años, tenía un enorme harén de 3 mil mujeres. Pero elegir con quién pasaría la noche no le era nada fácil. Y, para ello, confiaba la elección al caballo: según el umbral de la chica a la que se acercara el fiel amigo del monarca, esa sería la elegida.
Y para gozar con mayor frecuencia de la atención del emperador, una de las amantes apeló a un truco, rociando sal en su puerta. Queriendo probar su manjar favorito, el caballo siempre se acercaba al umbral de esta ingeniosa mujer, trayendo consigo al gobernante. Desde entonces, los japoneses creen que rociar sal significa atraer a las personas adecuadas, la suerte y el dinero a su hogar.
A pesar del gran desarrollo de nuevas tecnologías y la ciencia en Japón, las tradiciones siguen teniendo un gran peso en la cultura de este país asiático. ¿Qué opinas de esta antigua costumbre de rociar sal por todas partes? Por sí o por no, creo que valdría la pena probar, quien sabe cuántos caminos podrían abrirse…
Si te agradó este post, compártelo con tus amigos y conocidos en las redes sociales, para que conozcan un poco de las tradiciones del país del Sol Naciente.