Sasha, de 8 años, soñaba con tener un smartphone como sus compañeros de clase. Sus padres no pudieron ignorar las súplicas del niño y cumplieron su sueño. Desde que Sasha tuvo el nuevo aparato, el niño no se separa del teléfono. Por ello, sus estudios se han resentido y no puede recibir ayuda en casa. ¿Qué puede hacer un padre inteligente en esta situación?
UN NIÑO SENTADO AL TELÉFONO: ¿CUÁL ES EL PELIGRO?
Los psicólogos afirman que muchos padres han provocado que su hijo se siente al teléfono e ignore la realidad que le rodea. Hay varias razones para ello. En primer lugar, los padres ocupados dan a su hijo un aparato para que no les distraiga de su trabajo o de otros asuntos. Así, el bebé se sienta tranquilamente a jugar con su teléfono y no requiere la atención de sus padres.
La segunda razón: los padres pasan literalmente por encima de su hijo. Si le preguntas a una madre cuidadosa por qué su hijo necesita un teléfono por el equivalente a un sueldo mensual, su respuesta te sorprenderá: «Para que no se sienta marginado. Todos sus compañeros tienen teléfonos con pantalla táctil, pero el mío tiene un teléfono de botones».
El mundo virtual actúa sobre la psique inmadura como una hipnosis. El niño se sienta con el teléfono, y todo lo que ocurre en la pantalla lo sumerge en un estado de tranquilidad, separándolo así del mundo real. En este trance, tu hijo o hija produce dopamina, la hormona de la felicidad. Su efecto termina exactamente cuando la pantalla se apaga. Así es como te vuelves adicto a los aparatos.
Metódica «El puente entre dos mundos»
Psicólogos extranjeros han desarrollado una técnica eficaz para los padres cuyos hijos «desaparecen» en el mundo virtual. Para empezar, hay que cambiar la atención del niño y crear un puente imaginario entre el mundo real y el virtual.
A menudo un niño está al teléfono precisamente porque echa de menos la atención de sus padres. Siéntate cerca mientras tu hijo o hija juega a un juego en el aparato y muestra interés. Pregunta en qué nivel se encuentra o qué habilidades tiene el personaje del juego. Si tus preguntas han sido ignoradas, no te enfades demasiado rápido. Siéntate un rato y entabla una conversación sin problemas. En cuanto tu hijo empiece a responder, significa que el primer puente ya está establecido.
Cuando el diálogo progrese activamente, recuérdale suavemente a tu hijo que es hora de terminar el juego. Piensa en una actividad alternativa en la que podáis pasar tiempo juntos. Con una transición suave de vuelta a la realidad desde el mundo virtual, el niño escuchará al adulto, responderá a sus peticiones y se comportará adecuadamente. Así quiere terminar el juego y dejar el teléfono a un lado.
© DepositphotosEncontrar un sustituto para el gadget
La técnica de tender un puente entre tu mundo virtual y el real es a corto plazo. El segundo paso después de conseguir que tu hijo deje el teléfono es encontrar una alternativa al aparato. No se puede quitar por la fuerza un aparato y no dar nada a cambio.
Cada niño tiene sus propias habilidades. Algunos tienen facilidad para los deportes, otros para la creatividad. Nadie conoce a tu hijo mejor que tú, así que aprovecha eso. La creatividad puede ser un gran sustituto del teléfono: dibujo, robótica, artesanía en madera, modelado y mucho más.
© DepositphotosAdemás, puedes incluso combinar su adicción a los gadgets con una nueva actividad. Por ejemplo, la fotografía móvil y el procesamiento de imágenes pueden ser útiles. Y si un chico o una chica está viendo YouTube o Instagram, intenta encontrar algo útil para ellos allí. Por ejemplo, la hija de mi amigo vio en Internet cómo hacer flores de plástico. La idea le inspiró y comenzó a esculpir junto a su madre. Ahora tienen todo un jardín de flores artificiales en casa, para poder venderlas.
Dar ejemplo y enseñar a ser responsable
A menudo, los adultos también somos adictos a los aparatos. Chats de trabajo, correspondencia con familiares o álbumes de fotos en Instagram. Observa cuánto tiempo pasas sentado en tu teléfono, y no exijas a tu hijo lo que no haces tú. Hace poco escribimos sobre qué padres educan a sus hijos con éxito. Los bebés admiran a sus padres y absorben información como esponjas. Así que, si quieres destetar a tu hijo del teléfono, coge menos veces un aparato en tus manos.
© DepositphotosEnseña a tu hijo a ser responsable y establece reglas claras. Nuestro trabajo es mostrar que cada persona, incluso la más pequeña, tiene responsabilidades. Es responsable de ellos, al igual que es responsable de su propia vida. No sirve de nada hacer la guerra a tu hijo o hija quitándole el teléfono. Acuerda con tu hijo la rutina diaria y el momento exacto en que puede utilizar el aparato. Discutan juntos los límites de tiempo y lo que ocurrirá si los rompes.
Lo más importante en una relación padre-hijo es el diálogo. Cuántos problemas se pueden resolver simplemente hablando con tu hijo. Desgraciadamente, nos olvidamos de lo mucho que nos necesitan nuestros hijos a causa del trabajo y la vida cotidiana. Si tu hijo pasa mucho tiempo con el teléfono en las manos, te está demostrando lo mucho que echa de menos tu atención.
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