Hay mujeres cuya estirpe es visible desde lejos. No, no pertenecen a una familia aristocrática, ni visten exclusivamente con pequeños vestidos negros y sombreros, y no utilizan en su vocabulario palabras en francés. Solo evocan detener la mirada sobre ellas para admirarlas. Estas son las llamadas «damas reales», las verdaderas mujeres elegantes.
La elegancia de ninguna manera depende del estado material o civil, ni de otros rasgos externos. Estas mujeres simplemente no cometen los errores típicos de las simplonas, y sus modales son impecables.
Hoy, ¡Simplemente Genial! te hablará de las cualidades que definen a estas damas. Elimina de tu vida los errores de las simplonas para ser la verdadera mujer, que todo el mundo quiera admirar.
MUJERES ELEGANTES
- Capacidad para responder a la mala educación
Ninguno de nosotros es inmune a la rudeza o al insulto público. Pero, la pregunta es cómo comportarse ante tal situación. Una verdadera dama nunca responderá a la rudeza con rudeza, ni hará escándalos. Primero, debes determinar si tienes frente a ti a la persona adecuada, o no. Después de todo, el modelo de comportamiento dependerá directamente del tipo de agresor.
Si la persona no está completamente cuerda, la mejor salida es ignorarla. Después de todo, estas personas solo buscan a alguien que les preste atención. Pero si la rudeza proviene deliberadamente de una persona «normal», deberás responder con bien. Por ejemplo, haz un cumplido o di algo como: «Espero que la rudeza sea solo tu máscara y, de hecho, seas mejor» o «Me hiciste reír tanto, puedes continuar». El sarcasmo refinado también funciona.
Pero el simplón jurará, insultará en respuesta o usará expresiones obscenas. Debes estar por encima de todo esto, y más aún, no te rebajes al nivel del lado ofensor.
- Gucci, Chanel, Prada…
Muchas simplonas están seguras de que el camino hacia la elegancia y la alta sociedad lo proporcionará la ropa, pero no la ordinaria, sino de marca. Por supuesto, vestir ropa de marca es agradable, pero esto no quiere decir que debas ponerte toda la ropa del segmento de lujo, cuya marca sea visible. Y mucho menos si es copia… En general, todos estos son vestigios de principios de la década de 2000.
La elegancia no tiene precio. Ella es tan invaluable como tú. Por lo tanto, no debes establecer y anunciar su valor de mercado al público usando cosas con grandes logotipos de marcas famosas. Tener la capacidad de seleccionar y combinar maravillosamente las cosas con la presencia de un estilo individual, se aprecia mucho.
- Paso al andar
Probablemente hayas notado que las mujeres elegantes nunca tienen prisa. No tienen movimientos quisquillosos y bruscos, no giran la cabeza hacia los lados. Si quieres aprender a caminar de la misma manera, hay un truco de vida simple. Colócate una chaqueta o un abrigo sobre los hombros. Para evitar que salte de tus hombros, tendrás que caminar con suavidad, sin mover los brazos. Además, usa una falda lápiz para que los pasos no sean grandes ni incómodos. Un par de salidas así, y la marcha se formará por sí sola.
- La capacidad de sentarse maravillosamente
Además de caminar, el estrato particular de la sociedad al que pertenecen estas damas lo delata la forma en que se sientan en una silla. Cuando te sientas, no necesitas hacer ningún sonido, abrir las piernas o hacer crujir una silla cuando la alejas. Tira hacia atrás la silla de la pata delantera derecha y date el espacio que necesitas para sentarte tranquilamente. No es necesario hacer ruido y distraer a los demás.
Y al entrar o salir del coche, junta ambos pies. Se ve muy noble. Y ocupa el lugar que te ofrecen, para que luego no tengas que moverte por toda la cabina.
- Charla social
Elije con cuidado los temas de discusión. No entres en la vida personal de otra persona y no derrames sus problemas. Por supuesto, solo puedes permitírtelo con un ser querido, pero no donde hay mucha gente. Y nunca te concentres en datos precisos. Por ejemplo, cuando hables de vacaciones, dígase un país o una ciudad, no nombres un hotel. Esto no se acepta, además, es fácil entender el presupuesto del viaje.
Cuando hables en la mesa, no interrumpas a las personas cuando comen; comunícate entre comidas o durante un descanso. Y no mastiques la comida cuando estés hablando o escuchando a su interlocutor.
Las mujeres no nacen elegantes, cada una crea su propia imagen. Si sigues las reglas modernas de etiqueta, te respetas a ti misma y a los que te rodean, sin duda alcanzarás grandes alturas y captarás las miradas de admiración de los demás.
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