Solía limpiar cada día o dos. Parecía que la suciedad, el polvo y las cosas dispersas no iban a terminar nunca. Mi hermana, en cambio, siempre tiene la casa en perfecto orden. Y no es que haya estado fregando el piso de la mañana a la noche. Ella limpia una vez a la semana. Pero los suelos, las ventanas, las cortinas y las colchas están siempre en perfecto estado.
No fui tímida y le pregunté directamente cómo se las arregla para ir a trabajar, criar a los niños, tener buen aspecto y mantener la casa en orden, todo a la vez. Sonrió y compartió conmigo sus secretos y reglas. Me dijo que su vida era mucho más fácil desde que decidió seguir el consejo de la abuela. Lo he probado – ¡funciona! Ahora limpio menos a menudo y el piso tiene mejor aspecto.
Las 4 reglas para una limpieza perfecta
Cosas amontonadas
Seguro que tienes un montón de cosas en tu casa que hace tiempo que nadie usa. Cosas que están ahí, incansables moviéndose durante años de un lugar a otro. ¿Pero, acaso resultan útiles? No, son solo basura que crea desorden. No importa cuántos metros cuadrados tengas, deshazte de ellos. Créeme, será más fácil respirar.
Si no te has puesto una camiseta en uno o dos años, es 99% probable que no te la vuelvas a poner. ¿Por qué ocupar espacio en tu armario? Puede que ya no esté de moda.
O la tapa que perdió el mango. La tapa está intacta, pero es un inconveniente usarla. Hace tiempo que no lo usas sin asa, pero lo guardas por si acaso. Pues bien, ese caso puede nunca llegar. La opción correcta es tirar la tapa y liberar un valioso espacio.
Limpiar bien el polvo
¿Has notado alguna vez que cuando quitas el polvo de tus muebles con un paño húmedo, al día siguiente el polvo sigue apareciendo? Y hay tanto, que es hora de volver a desempolvar. Pero he aquí un sencillo secreto: exprime una rodaja de limón en un vaso de agua caliente. A continuación, añade una cucharada de aceite vegetal y mezcla bien. Empapa un paño en la solución y exprímelo bien. Procede a limpiar el polvo.
El zumo de limón dará a tus muebles un agradable aroma y el aceite vegetal los dejará como nuevos. Pero eso no es todo. Conseguirás un efecto antiestático que hará que el polvo se estanque mucho menos.
Plancha a tiempo
El lavado no apura en el tiempo. Al fin y al cabo, la lavadora lo hace todo por ti. Tu trabajo es planchar las sábanas tan pronto como estén secas. Enseguida, sin amontonarse. Y no lo dejes para el sábado por la mañana, por ejemplo.
Guarda tus zapatos en cuanto te los quites
Si todos los miembros de la familia llegan a casa, se quitan y dejan los zapatos en la misma posición, el pasillo se convertirá muy rápidamente en una pila de zapatos torpes. La suciedad se desprende de los zapatos y se extiende por todo el piso. Sin embargo, si pones los zapatos directamente en la estantería o los lavas al volver de la calle, te sorprenderá cuánto más tiempo se mantendrá limpia tu casa.
Estas reglas son sencillas y factibles. Lo más importante es convertirlas en un hábito diario.