Estée Lauder (Josephine Esther Mentzer) es la reina de la belleza sin corona, una mujer increíble que creó y dirigió un imperio de belleza de mil millones de dólares. Es ella quien acuñó la famosa frase: «No hay mujeres feas, solo quienes son indiferentes a sí mismas».
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Hoy, nos gustaría familiarizarte con las acertadas declaraciones de su gran fundadora sobre la vida, el éxito y «el deseo de toda mujer de ser bella», que nunca debe subestimarse.
REINA DE LA COSMÉTICA
Sobre la belleza
La futura reina de la cosmética nació el 1 de julio de 1908 en Nueva York, la octava hija de una familia de inmigrantes pobres. No se sabe cómo habría evolucionado su destino si no hubiera sido por su tío, un químico, interesado en crear la crema perfecta para la piel.
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«Me atrajo irresistiblemente la creación de la belleza», admitió Estée más tarde. Y sucedió que los elixires mágicos del tío John encarnaban este sueño infantil de belleza y elegancia. «Estaba fascinada por el tío John. Me hizo entender. Además, hizo milagros», escribe en su autobiografía.
Siguiendo el ejemplo de su tío, Estée Lauder preparó sus primeros cosméticos en ollas de sopa en la cocina. Y le dijo a sus primeros clientes: «Cuando te ves genial, estás de buen humor, lo que significa que estás lista para conquistar el mundo».
El deseo de Lauder por la belleza no se fue, incluso después de que se convirtió en esposa, madre y jefa de un gran imperio empresarial. «Somos hermosas sólo en la medida en que pensamos que somos hermosas», le encantaba repetir.
Pero invirtió incansablemente en la creación de nuevos productos cosméticos. Después de todo, «…nada envejece a una mujer como un lápiz labial aburrido, una capa gruesa de base y polvo, que recuerda a la harina».
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«¡Un día nublado y lluvioso no es motivo para descuidar el maquillaje! Al contrario, debes brillar como el sol. Y, por supuesto, ¡un aroma maravilloso es absolutamente necesario para el buen humor!».
Acerca de la vida
«Qué triste es ver a la gente llevar la cuenta del tiempo en lugar de disfrutar de la vida. No cuentes tus problemas, ¡disfruta de tus logros!».
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«Si necesitas refrescar tu guardarropa, puedes comprar un vestido nuevo mañana o esperar hasta la próxima temporada. Pero nunca dejes de comprar productos para el cuidado de la piel: si necesitas algo, ¡búscalo ahora mismo!».
«No eres una caja de sardinas con una fecha límite estampada, todavía hay mucho por venir». «Por supuesto, los años juegan en tu contra. Pero por mi parte, juego yo misma, ¡y aún no se sabe a quién se lleva!».
Sobre el éxito
«Estée Lauder es una extrovertida intuitiva. En los negocios, tenía la capacidad de prever y siempre tenía en cuenta todos los pros y los contras. Energía incorporada, moviéndose de ciudad en ciudad, creó su imperio desde cero», escribe Jean Landrum en el libro «13 mujeres que cambiaron el mundo».
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«Los negocios son una pasión que todo lo consume», dijo la propia Estée, «pero nunca soñé con el éxito, ¡trabajé para él!». Y agregó: «Nunca he conocido a nadie que haya aprendido el espíritu empresarial de los libros o en la escuela».
Además, la heroína de nuestro artículo usó el famoso lema: «¡Nunca te rindas!» Y aquí es difícil no contar una historia instructiva.
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En 1960, Estee Lauder ingresó al mercado europeo con su primer perfume, Youth Dew. Pero los jefes de la prestigiosa cadena de grandes almacenes, Galleries Lafayette, en París, se negaron obstinadamente a mostrar interés en una perfumería extranjera poco conocida.
Entonces una ingeniosa Estée entró en la sala de negocios y rompió el frasco de perfume en el piso. Después de eso, atraídos por el maravilloso aroma, los compradores literalmente obligaron a la gerencia de la tienda a poner a la venta el «Rocío de la Juventud».
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Lauder siempre ha creído firmemente en la calidad de sus productos: «Amo mi producto. Me encanta tocar cremas, olerlas, mirarlas, llevarlas conmigo. Una persona debe amar su trabajo; si a ti te gusta, definitivamente le gustará a los demás».
«Todas las cosas grandiosas comienzan con una idea… y un sueño»: estas palabras de Estée Lauder describen perfectamente el camino de su propia vida. Después de todo, fue solo gracias a la perseverancia y la determinación que la chica de Queens pudo convertirse en una de las mujeres más ricas e influyentes del siglo XX.
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