Escuché la voz de una niña pidiendo ayuda, cuando vi a su madre, me quedé boquiabierta.

¿Crees en el destino? A los escépticos les cuesta aceptar que las coincidencias no sean tan casuales. Pero cuando se enfrentan a una por sí mismos llegan a poner en duda su propio escepticismo. Así sucedió con Alejandro, el protagonista de la historia de hoy. Si quieres saber lo que pasó en su vida y a lo que condujo, sigue leyendo el artículo, a continuación.

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¿EXISTE EL DESTINO?

«No hace mucho tiempo mi vida dio un vuelco. Pillé a mi mujer con su amante en nuestra propia casa. Era sencillamente asqueroso: esa miserable babosa estaba acurrucada en mi manta, mi mujer me rogaba de rodillas que no le pegara. No iba a hacerlo, para ser sincero. Eso habría sido un acto aún más patético.

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Le dije a mi mujer que recogiera todas sus cosas y se fuera de la casa. Y le di instrucciones a la criada para que tirara absolutamente todo lo que había en el dormitorio. Natasha desapareció rápidamente, pero yo me fui incluso antes. Me subí a mi coche y conduje adonde me pareció oportuno. Pensé mucho en por qué mi mujer me había hecho esto. Al fin y al cabo, yo lo había hecho todo por ella: la colmaba de regalos, iba a salones de belleza por mi dinero, se iba de vacaciones… ¿Sólo se interesó por mi riqueza todo este tiempo?

Pero ya no importaba. Estaba decidido a pedir el divorcio y no volver a ver a esta mujer en mi vida. Conduje por la ciudad y las afueras toda la noche. Por la mañana paré a tomar un café y decidí sentarme en el parque para evadirme de la noche de insomnio.

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En cuanto me senté en un banco, una chica corrió hacia mí y con lágrimas en los ojos me dijo: «¡Tío, ahí está mi mamá, está enferma, ayúdame!» Al principio pensé que era otro truco de unos estafadores. Pero la chica lloraba con tanta naturalidad que decidí acompañarla.

UNA MUJER DEL PASADO

Su madre estaba tumbada boca abajo en uno de los caminos. Corrí hacia ella, la puse de espaldas y me quedé boquiabierto. Era Tatiana, la mujer que me había dejado hace siete años. Le tomé el pulso, estaba muy caliente. Cuando llegó la ambulancia, los paramédicos me advirtieron que la chica no podía ir con ellos. Dije que la chica se quedaría conmigo. Tuve que tranquilizarla durante mucho tiempo para que confiara en mí. Le prometí que la llevaría con su madre lo antes posible.

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Cuando llegamos, le pedí al ama de llaves que se ocupara de la niña y yo mismo llamé inmediatamente al hospital. Resultó que las cosas no eran tan halagüeñas para Tania como había esperado. La llevaron a la unidad de cuidados intensivos, pero los médicos dijeron que la situación estaba controlada. Todo el tiempo que Tania estuvo en el hospital, su hija Masha se quedó conmigo. Incluso nos unimos de alguna manera, a pesar de que nunca había tratado con niños.

Resultó que Tania estaba trabajando duro para alimentar a su familia. No tiene a nadie más. Cuando le pregunté por qué su padre no pagaba la manutención, se quedó callada y no quiso responder.

MISTERIO RESUELTO

Le propuse a Tania que se quedara conmigo un tiempo después de recibir el alta, para que pudiera recuperarse por completo. Se sorprendió, pero aceptó. El día que volvimos del hospital, Natasha se presentó en la casa. Cuando vio a Tania con su hija, se quedó boquiabierta y dijo: «En serio, ¿has decidido volver con tu ex? ¿Cómo te enteraste de lo de la hija? Me aseguré de que eso no sucediera».

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Tanto Tania como yo estábamos sorprendidos. Le saqué hasta la última palabra a Natasha. Hace siete años quería proponerle matrimonio a Tania. Natasha y yo éramos amigos desde la infancia y la consultaba a menudo. Dijo que era imprescindible ensayar. Natasha grabó en secreto un vídeo en el que le proponía matrimonio. Se lo envió a Tania, y ella lo creyó. Por eso me dejó.

No me dijo que estaba embarazada y desapareció de mi vida. Y yo, tratando de adormecer mi dolor, me casé con Natasha un año después. Mi padre insistió, pensaba que era la mejor pareja para mí. Lástima que nunca descubrió que Natasha solo quería mi herencia y mi dinero.

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Todo este tiempo no entendí por qué Tania me hizo esto. Y ella pensaba lo mismo de mí. Antes no creía que el destino existiera. Pero parece que me han dado una segunda oportunidad, y ahora voy a enmendar todos mis errores».

DE LOS EDITORES

Historias como ésta demuestran que, si las personas están destinadas a estar juntas, tarde o temprano se volverán a encontrar. Las circunstancias pueden ser diferentes, pero el resultado final es el mismo: la verdad y la justicia prevalecerán.

¿Crees que Alexander y Tatiana podrán empezar de nuevo? Escríbenos en los comentarios lo que piensas acerca de este tan polémico tema. Danos un Me Gusta y comparte con las amistades de las redes sociales este post y sobre todo tú opinión, que es muy importante para nosotros.

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