Una mujer que trabaja en un supermercado contó una historia honesta de cómo cajeros sin escrúpulos engañan a los clientes

La vigilancia lo es todo. Debe ejercerse en todas partes y en cualquier lugar, especialmente en la caja registradora. Detrás de un sistema aparentemente infalible de un supermercado podría esconderse un método de engaño. Uno no siempre tan evidente. Te presentamos tres posibles formas de engañar a los compradores.

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EN LA MESA DEL CAJERO

  1. Precio diferente
    Más de uno se ha visto ante la situación en la que en el mostrador había un producto a un precio, y el cajero marcaba una cantidad diferente (normalmente de más). A veces pasa cuando, a tu solicitud de excluir las mercancías del recibo, el cajero se hace el desentendido.

    El cajero puede estar de acuerdo con tu solicitud, pero también hay casos en los que puede hacer comentarios o quejarse. Es posible que empiece a decir que sólo causará más problemas. Que no tiene sentido hacer un escándalo por esa cantidad. O que habrá una cola por tu culpa.

    Nada de esto debería molestar al comprador. Si te encuentras con algo así, no dudes en llamar al gestor y, si es necesario, muéstrale la etiqueta de precio que utilizaste al comprar. En un caso así, se trata de una infracción.

  2. Exceso de elementos en el recibo
    Ten cuidado cuando te lleves muchos bienes a la vez. Cuantos más productos compres, menos se calcula la suma total. Comprueba siempre el recibo después de la compra. Puede ocurrir que entre tus muchas compras esté la de otra persona. El cajero lo ha pagado con tu ayuda y lo ha guardado.

    Este tipo de engaño puede aplicarse si el cliente se distrae con la caja registradora y no mira las manos del cajero. El cheque debe comprobarse inmediatamente después del pago en la caja. De este modo, podrás dirigirte al vendedor inmediatamente si encuentras un artículo de más. Él no tendrá más remedio que devolver el dinero.

  3. Las etiquetas de los precios no coinciden
    Un precio que no se corresponde con el producto puede ser una simple negligencia. O podría ser una mala intención calculada sobre la falta de atención del cliente. En cualquier caso, cuando retires el producto del mostrador, asegúrate de que el nombre del artículo que deseas está escrito en la etiqueta del precio.

Si la etiqueta del precio está demasiado lejos o si no la ves, debes pedir una explicación al vendedor.

Conclusión

Si estás atento a todas las fases del proceso de compra, no te dejarás engañar. Lo principal es sentirse seguro en la caja registradora y conocer tus derechos. Si se han vulnerado tus derechos, puedes presentar una reclamación ante la autoridad de protección del consumidor correspondiente.

¿Con qué situaciones te has encontrado a la hora de comprar? ¿Cómo terminó el problema y qué consejo puedes dar a los demás? Comparte tu forma de evitar que esto ocurra en los comentarios y con las amistades de las redes sociales.

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