Mi vecino, el magnate del pepino, me cuenta cómo obtener una rica cosecha de estas hortalizas

Cuidar bien de los pepinos no es tarea fácil. Por alguna razón, los habitantes de la ciudad piensan que esta hortaliza es una planta excepcionalmente poco pretenciosa, la versión doméstica de un cactus. Pero los jardineros experimentados saben exactamente lo importante que es cuidar su crecimiento. Lleva cuidados obtener una abundante cosecha de bellezas verdes y burbujeantes. Por suerte, los expertos en jardinería de General Gardeners han reunido toda una colección de valiosos consejos para ayudar a todo el mundo.

El cuidado de los pepinos: los secretos del riego y el abonado

Una planta húmeda

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Los pepinos deben regarse a diario. Cuando la planta esté cogiendo fuerza, riégala por la mañana. Durante el periodo de floración y fructificación, por la noche. Riega sólo con agua templada y asegúrate de no regar la planta en sí, sino la tierra que hay debajo. Por supuesto, nunca riegues los pepinos con una manguera, ¡podrías dañarlos!

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Recuerda: ¡a los pepinos les gusta mucho el agua! Por eso, si hace calor fuera, necesitas de 3 a 5 litros de agua por metro cuadrado. Si al pepino le falta agua, lo notarás enseguida. Si ves que la marchitez está cayendo o está a punto de caerse, ¡aumenta el riego inmediatamente!

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La cuestión del abono

En cuanto tus pepinos tengan al menos una hoja, empieza inmediatamente a abonar las hortalizas con caupí. La solución debe prepararse en una proporción de 1 a 10. Si utilizas gallinaza en lugar de estiércol de vaca, puedes cambiar la proporción a 1 a 25. También es muy importante alimentar bien a los pepinos.

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Prepara el abono del siguiente modo: disuelve 15 gramos de nitrato amónico, sulfato potásico y superfosfato doble en un cubo de agua. Abona la planta cada quince días cuando no esté fructificando. Cuando empiece el periodo de fructificación, abona una vez a la semana. Procura no superar la concentración admisible.

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Cuestión de equilibrio

Si las hojas del pepino se han quemado, es que has abonado en exceso. En tal caso, después de la siguiente tanda de abono, rellena adecuadamente los arriates con agua templada. Además, no olvides rociar los pepinos con leche agria o solución de ácido ascórbico en la proporción de 5 litros de agua por 1 pastilla de ascórbico una vez cada quince días.

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Fíjate bien en lo que les falta a tus plantas. El color de las hojas y la forma de los frutos te darán toda la información que necesitas. Fíjate bien: si a los pepinos les falta nitrógeno, obtendrás frutos de color verde claro con la punta afilada y de aspecto desagradable. La falta de fósforo dará lugar a hojas de color verde oscuro, ligeramente azuladas.

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Si a tus pepinos les falta potasio, acabarás teniendo pepinos con forma de gancho que se estrechan desde la parte superior hasta el tallo. Vigila tu huerto de pepinos, riégalo bien y abónalo a tiempo. Así tendrás una buena cosecha de pepinos. ¡Buena suerte!

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