¿Por qué dormir bajo la manta, lo mismo en invierno que en verano?

A la mayoría de nosotros nos gusta dormir envueltos en una suave y cálida manta, o al menos en una sábana, incluso si hace mucho calor. No importa la época del año, tenemos una inexplicable necesidad de cubrirnos, de lo contrario no hay forma de conciliar el sueño. Entonces: ¿Por qué taparnos, aún cuando todas las ventanas están abiertas para bajar la temperatura en la habitación? Hoy, ¡Simplemente Genial! te dirá cómo influye el sueño debajo de una manta en una persona, y por qué no podemos hacerlo sin cubrirnos.

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DORMIR BAJO UNA MANTA

Hay varias razones por las que necesitamos cubrirnos con urgencia con una manta. Este proceder puede parecer extraño, y no importa que la tela sea del tipo de lana escocesa, una sábana delgada o una manta, mientras nos permita envolvernos con ella. Al final, resulta que para esta acción hay más razones psicológicas que fisiológicas.

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La manta regula la temperatura corporal

El hombre es una criatura de sangre caliente. Esto significa que nos mantenemos calientes debido a la termorregulación. En la fase de sueño profundo, ese control desaparece, por lo tanto, solemos despertarnos con frío. De ahí la necesidad de taparnos, independientemente de la temperatura de la habitación, para ayudar a mantener estable la temperatura corporal.

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Una temperatura confortable es la clave para un sueño saludable. Si la habitación está demasiado caliente, o demasiado fría, el cuerpo trabajará el doble, tratando de equilibrar nuestra temperatura, lo que dificulta la relajación e impide dormir lo suficiente.

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Si no puedes conciliar el sueño, los expertos aconsejan que tomes una ducha tibia y te pongas calcetines suaves por la noche, esto también ayudará a relajarte y mantener los pies calientes, si se te enfrían constantemente.

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Una parte integral de la rutina

Desde la infancia, nuestros padres nos cubrieron con una manta antes de acostarnos. Cubrirse cuando vas a la cama, es uno de los hábitos diarios que indican que es hora de dormir. Cuando creas que no podrás dormir, solo envuélvete adecuadamente en una manta.

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Reduce la ansiedad

La serotonina es un neurotransmisor responsable de hacer que la persona se sienta tranquila y feliz. El estrés reduce su nivel, lo que, con frecuencia, condiciona el insomnio. Así que, bien cobijados bajo una manta, podemos calmarnos y dormir bien.

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La manta ejerce una presión suave sobre el cuerpo, como si nos abrazara, lo que libera serotonina en el cuerpo. Al mismo tiempo, los expertos señalan que una manta demasiado pesada puede causar irritación e interferir con un sueño saludable.

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Mejora la sensación de seguridad

A lo que más le tememos en la infancia es a la oscuridad. Nos escondemos de monstruos invisibles debajo de una manta, y ahí nos sentimos seguros. La manta se convirtió en un refugio donde conciliar el sueño.

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De gran importancia es la tela que compone la ropa de cama. Los tejidos transpirables naturales como el lino, el bambú, el algodón y la seda son los más adecuados para un sueño confortable, incluso en climas cálidos.

¿Qué te ayuda a dormir profundamente, y a sentirte vigoroso todas las mañanas? Escribe en los comentarios y comparte este post con tus amigos de las redes sociales.

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