El daño de los desodorantes: cómo reemplazar los productos de higiene personal

Hoy, incluso en los rincones más remotos del país, las tiendas están llenas de una variedad de productos, cuya diferencia es muy difícil de notar. ¡Piensa en cuántos productos para el hogar y el cuidado del cuerpo compramos habitualmente! Y en el ritmo de vida moderno, no queda tiempo para un estudio detallado de la composición. Al mismo tiempo, a la mayoría de los compradores les preocupa el daño potencial de muchos productos: detergentes en polvo, champús, desodorantes, etc.

Siempre me ha interesado la seguridad de los desodorantes, pero solo recientemente he dispuesto de tiempo para estudiar a fondo este problema. Hoy, el consejo editorial de ¡Simplemente Genial! te dirá con qué frecuencia necesitas usar desodorante, si los productos de higiene comprados en la tienda son seguros y qué alternativas naturales existen.

¿DEBO USAR DESODORANTE?

El principal ingrediente que muchas personas temen de los desodorantes es el aluminio. Algunos lo asocian con el riesgo de cáncer, aunque hoy en día no existe evidencia científica para ello.

Al mismo tiempo, los estudios muestran que después de muchos años de uso, el aluminio puede acumularse en los tejidos corporales. También puede alterar el sistema endocrino.

¿Qué hacer con el problema del olor desagradable si decides dejar de usar productos con aluminio? Para empezar, el uso regular de desodorante no es obligatorio para todos. Algunas personas simplemente no tienen bacterias en sus cuerpos que contribuyan al olor desagradable.

Si no eres una de esas personas, aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a minimizar el olor a sudor:

  1. Comer una dieta saludable con muchas frutas y verduras
  2. Beber al menos 2 litros de agua al día
  3. Ducharse dos veces al día
  4. Dejar de beber alcohol
  5. Practicar deportes
  6. Visita a un endocrinólogo para descartar posibles trastornos hormonales.

También recomendamos buscar desodorantes que no contengan ingredientes dañinos en los estantes de las tiendas. Por supuesto, en las grandes ciudades estos productos de higiene son mucho más fáciles de encontrar.

Alternativamente, los desodorantes que contienen aluminio pueden sustituirse por remedios caseros. Estos incluyen limón, vinagre, bicarbonato de sodio, jabón, aceites esenciales y peróxido de hidrógeno. Sin embargo, el uso de estas herramientas no es muy conveniente. Las desventajas de los desodorantes caseros también se pueden atribuir al hecho de que no son universales. Encontrar una composición que se adapte a tu cuerpo, que te proteja del olor a sudor y que no provoque reacciones alérgicas puede llevar algún tiempo.

Por supuesto, no es necesario ir a los extremos y renunciar a todos los productos de la tienda. Lo mejor es elegir la opción que mejor se adapte a tu estilo de vida. Después de todo, al final, todos deciden por sí mismos dónde está el equilibrio entre la naturalidad del producto, la facilidad de uso y la economía.

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