Cómo hacer un estanque con tus propias manos.

La idea de construir un hermoso estanque propio le viene a la cabeza a cada dueño de una parcela. Pero a calcular el área que esto ocuparía, la idea se evapora en un santiamén. ¡Y qué pena! Resulta que construir un oasis personal con manos propias, es muy fácil, y sobre todo, sin importar el tamaño del área. ¿Te cuesta creerlo? Pues, parece que encontramos la fuente de inspiración… ¡Síguenos!

La redacción de «Simplemente Genial» comparte contigo una gran idea que te ayudará a transformar el área de la casita de campo. ¡Todo lo que necesitas son llantas viejas y… un poco de paciencia!

Cómo hacer un estanque con las manos

  1. Para comenzar, toma algunos neumáticos viejos de diversos diámetros. En este caso, se utilizaron 3, pero se puede experimentar con cualquier cantidad. ¡Lo importante es que sepas cómo hacerlo!

  2. En el lugar deseado, cava un hoyo para cada neumático. El diámetro del hoyo debe coincidir con el diámetro del neumático. En el fondo deposita una fina capa de arena.

  3. En los pozos ya preparados, coloca los neumáticos. Para hacer que la superficie de la futura charca quede horizontal y pareja, puedes utilizar un nivel.

  4. La parte superior del neumático puedes cortarla con una sierra circular.

  5. Procura que los bordes del neumático recortado queden lisos.

  6. Recubre la parte interior del futuro estanque con un forro impermeable. Para ello, puedes utilizar polietileno, pero te aconsejamos comprar un material impermeable especial. Los bordes del material, sácalos afuera y sujétalos con grandes piedras.

  7. Bordea los neumáticos con piedras decorativas o adornos de otros materiales, a tu gusto. En el suelo alrededor puedes plantar pasto o plantas suculentas. ¡Lucirán fabulosas!

  8. Una vez adornados los alrededores del estanque, llénalo con agua.

  9. Ya puedes disfrutar de tu oasis particular. ¡La verdadera atracción de tu casita de campo!

A veces los más inútiles e inservibles objetos pueden ser convertidos en materia prima para verdaderas obras de arte, si les pones un poquito de voluntad e imaginación. Un estanque improvisado será una fuente de buen ánimo y relajación, no sólo para ti, sino también para tus huéspedes. No lamentes el tiempo empleado ni el esfuerzo, ¡el resultado lo merece!

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