¡El ajo en polvo es un ingrediente universal, que no puede faltar en casi ningún plato culinario! Debido a su buena solubilidad, es ideal para cocinar salsas y adobos. Se añade a casi todos los primeros y segundos platos, así como a ensaladas, guisos de verduras, tortillas…
Por otra parte, el ajo en polvo conserva todas las propiedades beneficiosas del ajo fresco: Tiene un efecto preventivo en las enfermedades cardiovasculares, reduce el nivel de colesterol en sangre, diluye la sangre y actúa como un antiviral, entre otras funciones.
«Simplemente Genial» te propone conocer cómo se hace este maravilloso condimento en casa, con tus propias manos. ¡Y lo mejor, sin aditivos químicos ni conservantes! Así no tendrás que correr al supermercado, en su busca, la próxima vez…
Ajo en polvo con tus propias manos
Para preparar las porciones de ajo en polvo (un poco más de la mitad de un recipiente de vidrio), se necesitan 3 cabezas grandes de ajo.
Limpia los dientes de ajo, y córtalos en rebanadas de igual espesor. Coloca las rodajas en la bandeja del horno.
Ponlas a hornear en el horno, previamente precalentado a 100-150 grados. Deja el ajo allí, hasta que las rebanadas se sequen y se vuelven frágiles (2-3 horas). Apaga el horno, y deja la placa de ahí, hasta que se enfríe.
Ahora sólo resta moler la placa en un molinillo de café, o aplastarlo en un mortero, para obtener un polvo 10 veces mejor que el de la tienda, sin ningún tipo de conservantes y aditivos.
Cuando el polvo esté listo, mézclalo con sal y cebolla en polvo (preparada de la misma manera). Combínalo con tus hierbas favoritas: pimienta y pimentón, etc., y crea tu propio sazonador original. ¡Así, tus platos tendrán un sabor inigualable!
Sabroso, nutritivo, saludable y barato, este polvo es lo mejor para cocinar… Comparte la idea con tus amigos de las redes sociales…
un comentario