El pescado frito es simplemente delicioso. ¿Cómo resistirse a la crujiente corteza dorada y a la tierna carne del interior? El único inconveniente de este plato es el proceso de cocción. Un olor desagradable invade la cocina, sin contar que se extiende por toda la casa. Y las salpicaduras de grasa dan miedo de pensar. Hoy te diremos cómo freír capelán sin estos desagradables inconvenientes.
Este método también es adecuado para otros peces. Es un consejo que utilizan los pescadores con una vasta experiencia en la labor. Quién mejor que ellos para conocer todos los secretos para cocinar el pescado. Si sigues estos consejos, tu cocina se mantendrá limpia incluso después de freír. Coge tu pescado y vamos a comprobarlo.
Cómo freír capelán sin olores ni salpicaduras de grasa
Lo bueno del capelán es que después de freírlo se puede comer como si fueran semillas. El crujiente pescadito va bien con una cerveza o puede sustituir a las palomitas mientras ves una película. Pero no todo el mundo sabe freírlo bien. El capelán tiene un olor bastante peculiar y no muy agradable. ¿Entonces, qué hacer al respecto?
Para empezar, hay que lavar y limpiar bien el pescado. Y salpimentar un poco.
Luego, calentar bien una sartén y verter el aceite de girasol. Espolvorea el aceite con sal. Esto ayuda a evitar las salpicaduras durante la fritura. El pescado absorberá la sal de la sartén, por lo que hay que salar un poco el capelán.
Toma las patatas crudas. Lávalas y córtalas en rodajas. Pon 2-3 trozos en una sartén y fríelos junto con el capelán. De esta manera se consigue eliminar el olor a pescado.
Espolvorea harina en una bolsa limpia y seca para rebozar el pescado. Cuanto más grande sea el capelán, más harina necesitarás.
Pasa el pescado a la bolsa y agita bien. Esto cubrirá sin esfuerzo el capelán en pan rallado, manteniendo la cocina limpia.
Ahora, lo único que tienes que hacer es poner el pescado en una sartén y freírlo hasta que esté listo. Sustituye las patatas por otras nuevas cuando sea necesario.
Estos tres sencillos trucos pueden ahorrarle a la anfitriona una pesadilla en la cocina. Ya no tendrás que preocuparte por las manchas de aceite en la ropa y en la cocina. Y tu hogar se llenará del delicioso aroma de los alimentos cocinados mientras que el olor a quemado será cosa del pasado. El sabroso y saludable pescado será ahora un invitado frecuente en tu mesa.