En la época soviética, decorar la mesa de Año Nuevo con fruta fresca no era fácil. En ese momento las mandarinas maduraban en Abjasia. Luego, se extendieron con la velocidad del rayo por los puestos del mercado del país. Sólo las mandarinas marroquíes (con etiqueta negra) podían competir con las abjas.
Para muchos de nosotros, esta fruta de color naranja brillante sigue siendo una tradición gastronómica hasta el día de hoy. Si están presentes en la mesa, automáticamente se crea un ambiente festivo en la casa. La redacción de ¡Simplemente Genial! te invita a descubrir cómo elegir las mandarinas más dulces según su país de origen y cómo determinar su grado de madurez.
¿Cómo elegir las mandarinas más dulces?
En el pasado, las mandarinas no se diferenciaban mucho entre sí. Al fin y al cabo, se importaban principalmente de las repúblicas de la URSS. Sin embargo, hoy la fruta se importa literalmente de todo el mundo. Naturalmente, difieren en apariencia, sabor e incluso aroma. También, en este caso, te resultará más fácil elegir, si identificas el país proveedor. He aquí cómo.
Mandarinas de Abjasia
Estas mandarinas se consideran orgánicas. Prácticamente no se tratan con productos químicos para conservar su aspecto, y la entrega suele ser rápida. La piel de las mandarinas de Abjasia es de color naranja claro, la fruta es jugosa y tiene un marcado sabor agridulce. Al mismo tiempo, tienen pocas o ninguna semilla.
Mandarinas españolas
Los frutos de España suelen ser de tamaño medio y de color naranja intenso. La piel de las mandarinas es bastante esponjosa, y las propias mandarinas tienen ramitas verdes. Hay bastantes semillas, aunque algunas variedades pueden encontrarse sin pepitas. Merece la pena considerar las mandarinas españolas, aunque sólo sea porque son fáciles de pelar y casi siempre son dulces. No te apresures a deshacerte de las ramitas: conservan el fruto durante más tiempo.
Mandarinas turcas
Las mandarinas de Turquía suelen ser más baratas que otras, ya que son bastante ácidas. Este es más bien un artículo para conocedores. No tienen semillas. Su cáscara es de color amarillo o naranja claro.
Mandarinas marroquíes
Son jugosas y muy dulces, con una corteza fina. Las mandarinas marroquíes son pequeñas y su color es naranja brillante o incluso rojizo. Para elegir sólo los marroquíes, ten en cuenta que la fruta tiene una abolladura característica en el centro. Otra ventaja: las mandarinas marroquíes prácticamente no tienen semillas.
Mandarinas de Israel
Estas mandarinas maduran un poco más tarde que las de Año Nuevo y están en temporada en la segunda mitad del invierno. Si buscas una mandarina israelí, es probable que acabes con una fruta ligeramente más seca, sin semillas y más dulce. La cáscara es brillante, fina y fácil de pelar.
¿Cómo se eligen las mandarinas de alta calidad?
Por supuesto, sólo las mandarinas maduras son sabrosas y agradables de comer, incluso para quienes no son especialmente aficionados a ellas. Por eso, recuerda algunas reglas para elegir en el futuro sólo fruta de alta calidad procedente de tierras lejanas.
- Zumo. Si sale a chorros de la cáscara, incluso al apretar suavemente la mandarina, es una indicación de la frescura y madurez de la fruta.
- Si se pela fácilmente y casi inmediatamente entera, es una mandarina madura.
- Recuerda que las mandarinas maduras (al igual que el resto de las frutas) no pueden almacenarse durante mucho tiempo; no retrases su conservación.
- Una mandarina de calidad debe estar libre de manchas.
- El almacenamiento o el transporte inadecuados pueden hacer que la fruta se enmohezca. Examina cada fruta cuidadosamente. Esto suele ser visible a simple vista.
- Las abolladuras y los puntos blandos de la mandarina indican que la fruta está congelada o se está pudriendo por dentro.
- Si la cáscara de la mandarina está reblandecida o seca, indica que es de mala calidad. Elije siempre tus propias mandarinas, especialmente en el mercado.
- Por último, las variedades ácidas suelen ser grandes y aplanadas. Si no puedes decidirte por una variedad, ¡pruébala primero!
Estos consejos facilitan la elección de buenas mandarinas. Pide que te pelen la mandarina y que te muestren lo que hay debajo de la piel. Los vendedores que se comportan bien suelen aceptarlo. Después de todo, ¿quién quiere un kilo o dos o tres de producto contaminado? Recuerda que depende de ti que las mandarinas sean una alegría en tu mesa o que te arruinen la Nochevieja.